Continuity and Discontinuity: Perspectives on the Relationship between the Old and New Testaments : Essays in Honor of S. Lewis Johnson, Jr., ed. John S. Feinberg (Westchester, IL: Crossway Books, 1988), 239–259.
1. Propósito y Contexto
Este documento examina la compleja relación teológica entre Israel y la Iglesia, un tema que ha cobrado renovado interés debido a eventos históricos recientes como el Holocausto y el establecimiento del estado de Israel. El autor, Robert L. Saucy, argumenta que la relación no es una "simple continuidad" ni una "discontinuidad radical", sino que incorpora elementos de ambos. El objetivo es reexaminar la opinión dominante de que la Iglesia es un "reemplazo" de Israel en el plan de salvación de Dios, sugiriendo que Israel aún tiene un lugar en el propósito divino.
2. El Concepto de "El Pueblo de Dios"
- Origen en Israel: La idea de "el pueblo de Dios" se origina en el Antiguo Testamento (AT) y se aplica a Israel, significando una relación especial establecida por amor electivo y ratificada por un pacto (Mosaico/Sinaítico). Es una distinción religiosa: "Israel se distingue de todos los demás pueblos sobre la base de la religión, una conciencia de que Israel tiene una relación especial con Yahveh..."
- Anticipación de la Inclusión Gentil en el AT: Los profetas del AT ya anticipaban la inclusión de naciones no israelitas en este concepto, sin que estas se fusionaran con Israel. Zacarías 2:11 declara: "Muchas naciones se unirán al SEÑOR en aquel día y se convertirán en mi pueblo." Isaías 19:24-25 menciona a Egipto y Asiria convirtiéndose en "terceros" con Israel.
- Aplicación en el Nuevo Testamento (NT): El NT continúa aplicando "el pueblo de Dios" a Israel (Lucas, Hechos, Romanos 11:1-2). Sin embargo, también se extiende a los gentiles incluidos en la Iglesia, quienes ahora son "un pueblo para sí mismo" (Hechos 15:14). Crucialmente, descripciones del AT para Israel como "el pueblo de Dios" se aplican ahora a la Iglesia (Tito 2:14, 1 Pedro 2:9-10).
- Unidad y Distinción: Saucy afirma que "en el sentido final, quizás sea mejor decir que 'el pueblo de Dios' es un solo pueblo, ya que todos estarán relacionados con él a través de la misma salvación del pacto". No obstante, esta unidad fundamental no "elimina la singularidad de Israel como nación especial llamada por Dios para un ministerio único en el mundo como nación entre naciones."
3. La Identidad de Israel
- Significado en el AT: El término "Israel" se aplica consistentemente a Jacob y sus descendientes, evolucionando hacia la nación de Israel. Es una "comunidad de personas con una relación especial con Dios", marcada por su relación religiosa con Dios y su "ascendencia física". La identidad nacional es crucial: "el elemento físico nunca se descarta en favor de una definición puramente religiosa de Israel".
- Israel como Nación: Desde Abraham, Dios prometió una "gran nación" (Génesis 12:2). El Pacto Sinaítico los ratifica como "un reino de sacerdotes y una nación santa" (Éxodo 19:6). Israel poseía los elementos de una nación: raza, gobierno y territorio. Este estatus nacional es "inherente al concepto mismo de Israel en la visión del AT y no puede separarse de su significado religioso como 'el pueblo de Dios'."
- Significado en el NT: El NT mantiene el significado de "Israel" predominantemente en relación con el pueblo pactado "nacional" del AT. El término ocurre 68 veces. En los evangelios sinópticos, "Israel representa al pueblo y también a la tierra... en general [claramente] mantiene la conexión con la realidad y la esperanza de Israel." Jacob Jervell concluye que en los escritos de Lucas, "'Israel' siempre se refiere al pueblo judío. En ningún momento sirve para caracterizar a la iglesia..."
- Refutación de "Nuevo Israel" en Pablo:Romanos 9:6 ("No todos los que descienden de Israel son Israel"): Saucy argumenta que esto se refiere a una división dentro del Israel étnico (el remanente creyente), no a la inclusión de gentiles como un "verdadero Israel".