Dia 50 | Febrero 19
“Y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para que se dé a conocer al rey la interpretación, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón.” Daniel 2:30
Daniel le dice al rey, de manera enfática, que él no tiene ningún mérito en especial al haber recibido la revelación del misterio. Más bien, el objetivo era dar a conocer al rey los pensamientos de su corazón. En otras palabras, la misión de Daniel como profeta era dar, dar y dar. Instruir, guiar, aconsejar, nunca buscar el beneficio propio.
La humildad es una característica natural de los que han tenido un encuentro personal con Dios. Desafortunadamente ser humilde no es una cualidad que suele poner el el curriculum vitae, porque allí se hace lista de todo lo que una persona ha estudiado y todos los logros que ha alcanzado. Lo contrario del humilde es el orgulloso y esa es una característica que se ve presente hoy en día. Se cree que los orgullosos tienen una alta autoestima, que tienen una gran pasión por la vida y que son grandes motivadores. La verdadera humildad surge del reconocimiento que Dios es la causa de todo lo bueno que somos, tenemos o hemos hecho. La autoestima de una persona humilde no es baja al contrario, está basada en la estima que Dios ha puesto en nosotros al enviar a su hijo a dar su vida por nosotros, es decir una estima muy alta, pero no en los méritos propios sino en los de Jesus. Y lo más maravilloso, es que los humildes siempre piensas que Dios trabaja en ellos con el objetivo exclusivo de bendecir a otros.
Soy Oscar Oviedo y este es el Devocional “Daniel en 365 días”
Producido por el Ministerio One4Seven
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