Matutina para el Día 228 | Agosto 16
“Aquí fue el fin de sus palabras. En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me turbaron y mi rostro se demudó; pero guardé el asunto en mi corazón.” Daniel 7: 28
Daniel escribe las impresiones que causó esta visión: sus pensamientos los abrumaron hasta el punto que su semblante cambió y se puso pálido, pero guardó el asunto en el corazón, es decir no quiso revelar sus opiniones a las personas en el palacio real, ya que la visión era una revelación de la historia futura de los hijos de Dios.
Las bestias en el capítulo siete de Daniel tenían un lenguaje simbólico implícito: estas bestias representaban las naciones enemigas del pueblo de Dios, y por los detalles de la visión, el futuro era muy oscuro para los israelitas. Todos los enemigos serían naciones poderosas, con un deseo de destruir y dañar. Por eso sus preguntas continuas para entender y saber interpretar todo en la visión, pero aun así al final, humanamente quedó preocupado, tal vez podríamos decir deprimido. Cuando hoy vemos el cumplimiento de esas profecías vemos que no era para menos la preocupación de Daniel, pero también lo que está por venir sobre esta tierra, antes de la segunda venida de Jesus no es nada alentador. Muchas veces nos sucede lo mismo de Daniel: nos angustiamos, pensando en nuestras familias, nuestros hijos y en lo que está a punto de sobrevenir sobre este mundo. Pero hay una bella promesa en el libro Ministerio de Curación 382 “Para proveernos lo necesario, nuestro Padre celestial tiene mil maneras de las cuales nada sabemos. Los que aceptan el principio sencillo de hacer del servicio de Dios el asunto supremo, verán desvanecerse sus perplejidades y extenderse ante sus pies un camino despejado.” Que nunca olvidemos esto.
Soy Oscar Oviedo y este es el Devocional “Daniel en 365 días”
Producido por el Ministerio One4Seven
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