Matutina para el Día 258 | September 15
“Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.” Daniel 9: 3
Daniel había tenido múltiples experiencias de fe a través de la oración. Pero ahora busca al Señor en oración, ayuno, cilicio y ceniza. El cilicio era un material áspero generalmente hecho de pelo de cabra negra, haciéndolo algo incómodo de llevar. Las cenizas significaban desolación y ruina. Estos elementos hacian que esta oración tuviera una connotación distinta a las anteriores experiencias, demostrando de manera pública arrepentimiento y humillación ante Dios.
Una de las cosas que preocupaba a Daniel, era el hecho de que las promesas de Dios son condicionales, y temía que la promesa de liberación hubiese sido postergada por culpa de los pecados del Pueblo. Esto lo leemos en Jeremías 18: 7-10 “En un instante hablaré contra pueblos y contra reinos, para arrancar, y derribar, y destruir. Pero si esos pueblos se convirtieren de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles, y en un instante hablaré de la gente y del reino, para edificar y para plantar. Pero si hiciere lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerle.” Este principio lo vemos en muchos otros relatos Bíblicos y es bueno tenerlo en cuenta al meditar en las promesas de bendición como de maldición. Todas son condicionales a una acción de nuestra parte, salvo contadas excepciones. Esto demuestra que nuestro Dios es un Dios justo y amoroso porque siempre respeta nuestras decisiones a pesar que vayan en contra de sus deseos por nosotros. Alabado sea nuestro Dios.
Soy Oscar Oviedo y este es el Devocional “Daniel en 365 días”
Producido por el Ministerio One4Seven
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