Matutina para el Día 101 | Abril 11
“Nabucodonosor rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas que moran en toda la tierra: Paz os sea multiplicada.” Daniel 4: 1
El capítulo cuatro de Daniel es la historia de conversión del Rey Nabucodonosor. No es común que eventos como este se hicieran públicos. Pero en el caso de Nabucodonosor se hace como una proclamación real siendo el único capítulo en la Biblia escrito por una personas no hebrea. El Saludo es sorprendente, viniendo de un hombre de guerra: Paz a todos los pueblos y lenguas en la tierra
Se dice que la paz surge cuando dejamos de pensar en nosotros mismos y en nuestras preocupaciones y problemas. Y hay mucha razón en esto, ya que la raíz de nuestra intraquilidades son situaciones que nos afectan, ya sean de origen externo o interno. Jesus promete en Mateo 11: 29 “descanso para nuestras almas” si llevamos su yugo sobre nosotros. El yugo es un instrumento para unir dos bueyes que les permite que halen juntos. Es interesante que los bueyes son toros que han sido castrados. Esto hace que su comportamiento cambie radicalmente. Antes el toro era agresivo, territorial e irritable. Ahora es manso, servicial y tranquilo. Nuestro YO tiene características parecidas a las de un toro, siempre estamos dispuestos a defender nuestro territorio, si nos agraden estamos listos a defendernos y cuando algo no marcha bien no irritamos mucho. De esta manera es imposible tener tranquilidad o paz. Necesitamos esa castración espiritual que nos permita ser como Jesús: manso y humildes.
Soy Oscar Oviedo y este es el Devocional “Daniel en 365 días”
Producido por el Ministerio One4Seven
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