Matutina para el Día 104 | Abril 14
“Yo Nabucodonosor estaba tranquilo en mi casa, y floreciente en mi palacio.” Daniel 4: 4
La frase: “Tranquilo en mi casa” se refiere a que no había ninguna amenaza contra su reino, esto está enmarcado en la segunda parte de su reino, cuando todo era floreciente en lo que tiene que ver con otros reinos o problemas internos en su palacio. Recordemos que ya para entonces, tenía la ayuda de los 4 jóvenes hebreos quien eran excelentes administradores.
La palabra de Dios dice que no se puede estar “ni tranquilo ni floreciente” sin Dios. Leamos en Isaias 57: 20 “Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo.” y Salmos 92: 7 “Cuando brotan los impíos como la hierba, Y florecen todos los que hacen iniquidad, Es para ser destruidos eternamente.” Hay un adagio popular que dice: “La copa es más difícil de llevar, no cuando está vacía, sino cuando está a rebosar, porque es allí cuando se necesita mucho equilibrio para llevarla sin derramar su contenido.” Lo que aparentemente parece ser tranquilidad, o como lo define el mundo: “Ausencia de problemas” y prosperidad, en realidad es totalmente lo contrario, porque allí es cuando hay más avaricia, egoísmo, orgullo y lujuria. Las adversidades y pruebas pueden traer tristeza y desilusión, pero es la prosperidad más peligrosa para la vida espiritual.
Soy Oscar Oviedo y este es el Devocional “Daniel en 365 días”
Producido por el Ministerio One4Seven
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