Somos un alma que está en un cuerpo. Por eso sentimos “extendernos” a todo un automóvil cuando conducimos y podemos llegar a sentir que somos agredidos si se acercan demasiado al auto. O nos sentimos incómodos en un camión si alguien desconocido se sienta con nosotros habiendo muchos otros lugares; o si está muy lleno tratamos de mantener nuestro espacio, al menos con los ojos viendo hacia otro lado. Sabemos que somos mucho más que el cuerpo que hoy tenemos.