Anteriormente, los tributos eran los pagos obligatorios dados a un rey por la administración del reino. Actualmente, los tributos son ingresos de derecho público que consisten en pagos obligatorios, impuestos unilateralmente por el Estado, exigidos por una administración pública.
Dios exige tributo. Irónicamente, todo es de Él. No le damos como para que sea más rico; pero “damos” para estar en Pacto, bajo su reino y autoridad.