Titan implosionó. Esa es la resolución final y sus
tripulantes fallecieron. La presión del mar fue mucho mayor que la
capacidad de la nave. ¡Y pensar que hay animales en esa profundidad
nadando tranquilamente!
Así le sucede a algunos, que, sujetos a problemas, implosionan debido a
falta de capacidad emocional. Tiran su vida, sea familia, trabajo o incluso su fe.
La solución no es huir de los problemas, sino crecer en fortaleza interior. No
existe una sola circunstancia que pudiese aplastarnos si crecemos
emocionalmente confiados en Dios. No en que se acabarán los problemas, sino en
que somos superiores a ellos mediante la Vida interior. No huyas, crece, desata la
Vida celestial en ti.