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No es fácil motivarse leyendo las Meditaciones de Marco Aurelio.
De hecho, cuando lees profundamente las palabras de este emperador atormentado, el efecto puede ser totalmente el contrario.
Uno puede notar una insistencia en la insignificancia de la vida humana. Lo pequeño que es un ser humano, lo breve que es su vida, lo inmenso del universo, lo eterno del tiempo.
Pero, ¿por qué Marco Aurelio escribía este tipo de cosas?
¿Qué necesidad tenía de escribir cosas tan depresivas?
Esta es la respuesta: Marco Aurelio estuvo muy cerca de ser un dios.
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