Tututepec fue una importante capital mixteca en la Costa de Oaxaca, hoy es un lugar lleno de historia, de fuerza y sol.
Allí conocí a Celerina López Hernández, quien me contó sobre el día que su abuelo le salvó la vida a un nahual. Los nahuales son seres místicos y poderosos que toman forma humana o de animal y que hacen parte de la narrativa de muchos pueblos.
Grabé esta historia en la casa de Celerina, era un día lluvioso y sólo contaba con una pequeña grabadora de audio. Las aves y animales que se escuchan de fondo no son resultado de un diseño sonoro planeado sino de la naturaleza misma de la grabación que hoy comparto con ustedes.