En un balotaje, el 30 de octubre, casi 150 millones de brasileros decidirán quien los conducirá los próximos cuatro años. De ellos depende el rumbo que tome la democracia más grande de América Latina. Jair Bolsonaro y Lula Da Silva representan dos modelos tan antagónicos que convierten a esta elección en una de las más trascendentales de la historia de Brasil.