La cultura japonesa es una de las más interesantes por su antigüedad, pero también por sus avances tecnológicos que terminan combinandose con esa cultura ancestral. Lo mismo sucede con el manga/anime. En sus inicios, la animación japonesa recibe el nombre de Senga Eiga (literalmente “películas de líneas dibujadas”), más tarde y, finalmente, sobre 1960 pasará a llamarse "Animeeshon" originalmente, de ahí que se abrevie a «anime». Podemos decir que el anime es un medio de gran expansión en Japón, siendo al tiempo un producto de entretenimiento comercial y cultural, lo que ha ocasionado un fenómeno cultural en masas y una forma de arte tecnológico.
En este capítulo de Recomendaciones Random vamos a derribar mitos y verdades de la cultura otaku.