Bendice, alma mía, al Señor,
Y no olvides ninguno de Sus beneficios.
Él es el que perdona todas tus iniquidades,
El que sana todas tus enfermedades;
Salmos 103:1-3
En medio del quebranto y dolor en el cuerpo, el Señor es el único que tiene el poder de restaurar todas las cosas según su diseño original.