El beneficio de leer más allá de los conocimientos que nos aporta es la seguridad y el desarrollo de criterio que poco a poco vamos siendo capaces de desarrollar. Una de las consecuencias de la lectura también es dejar de vivir tanto al interior de nuestros pensamientos, de nuestra perspectiva, de cómo creemos que las cosas deben o no ser dependiendo el tipo de persona que eres, las experiencias que hayas tenido y lo que crees que es socialmente correcto; y comienzas a vivir con una perspectiva más cohesionada hacia el exterior.
Se trata de comenzar a someternos a verdades absolutas, que cuando vivimos en el interior de nuestra perspectiva, sin experimentar los conocimientos profundos de otras personas o de otros investigadores (los cuales nos aportan una realidad más homogeneizada) nos enseñan que todos los seres humanos somos prácticamente los mismos, con los mismos problemas, retos y los mismos sueños. Y la vida que nos da, la oportunidad de vivir más holgadamente con menos presión y más esperanza.
La lectura no sólo nos ayuda a crear un criterio, a profundizar en nuestra forma de desarrollarnos con propósito, también nos enseña que independientemente de nuestra unicidad, todos somos más o menos iguales.