Capítulo 4: Libros contables y cómo gestionarlos
La contabilidad de cualquier empresa o autónomo debe sustentarse sobre un soporte estructurado, ordenado y fiable.
Ese soporte se materializa en los libros contables, documentos que registran cronológicamente las operaciones económicas y financieras de la actividad.
Llevar estos libros de forma correcta no solo es una obligación legal, sino también una herramienta fundamental para la toma de decisiones estratégicas.
En este capítulo exploraremos los tipos de libros contables que existen, qué exigencias legales conllevan, cómo deben gestionarse y qué buenas prácticas pueden marcar la diferencia entre un sistema contable caótico y otro funcional y útil.
4.1 Tipos de libros contables
En el ámbito empresarial, los libros contables representan el pilar estructural sobre el que se asienta la contabilidad.
Su correcta llevanza no solo es imprescindible para cumplir con la legalidad, sino que además permite disponer de información fidedigna y ordenada para analizar la evolución económica de una actividad.
Los tipos de libros contables varían en función de múltiples factores: el tipo de contribuyente (autónomo, sociedad, comunidad de bienes...), el régimen fiscal, la normativa sectorial aplicable o incluso la voluntad del propio empresario.
A continuación, detallamos los principales tipos de libros contables que existen en la legislación española, distinguiendo entre obligatorios, auxiliares y societarios, y destacando su utilidad práctica.
4.1.1 Libros contables obligatorios (empresas mercantiles)
De acuerdo con el Código de Comercio (artículos 25 a 34) y el Plan General de Contabilidad, toda sociedad mercantil está obligada a llevar, como mínimo, los siguientes libros:
a) Libro Diario