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Description

¿Para que llamar caminos a los surcos del azar?... Todo el que camina anda, como Jesús, sobre el mar. ¡Ojos que a la luz se abrieron un día para, después, ciegos tornar a la tierra, hartos de mirar sin ver! Caminante, son tus huellas el camino, y nada más; caminante, no hay camino; s hace camino al andar. Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante, no hay camino, sino estelas, en la mar. Corazón, ayer sonoro, ¿ya no suena tu monedilla de oro? Tu al alcancia, antes que el tiempo la rompa, ¿se irá quedando vacía? Confiemos en que no será verdad nada de lo que sabemos. Todo pasa y todo queda; pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar. Ya hay un español que quiere vivir y a vivir empieza, entre una España que muere y otra España que bosteza. Españolito, que vienes al mundo, te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón.