No seas perezosa, al buscar culpables incluso que sean lo que llamas tus defectos es que no aceptas la responsabilidad del cambio
Culpar es dejar en manos de alguien más tu libertad para elegir que hacer, que pensar y sobre todo quien ser.
Es que me enojo porque “x persona” me dijo, me hizo, no me cumplió.
Esa persona es responsable de lo que dijo de lo que hizo y de lo que no hizo y así será su vida, tú eres responsable de preguntarte qué pasa en ti porque ahí está la solución para ti. ¡Examina lo qué hay!
No tengas pereza de ver lo complejo, no simplifiques en un juicio o etiqueta ve más adentro.
No digas la otra persona es culpable sino la otra persona es responsable y verás que no te será congruente.
Porque nadie es responsable de tu enojo, de tu éxito o de la desolación que sientas excepto quien tiene la solución.
Solo quien es puesta a prueba, se muestra y sentirse necesitada de Quien tú le llamas Dios, es permitirle a que se muestre.