Una familia solidaria funciona bien porque la solidaridad fomenta relaciones fuertes, apoyo emocional y un ambiente positivo para todos sus miembros. La solidaridad familiar se manifiesta en la disposición a ayudarse mutuamente, compartir recursos y ofrecer apoyo en momentos difíciles, lo que fortalece los lazos familiares y promueve el bienestar individual y colectivo.