El Salmo 66:3 nos comparte: Decid a Dios: ¡Cuán asombrosas son tus obras! Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos. Nunca terminaríamos de enumerar la inmensa cantidad de detalles con la que nuestro Padre ha llenado el mundo. Solamente hay que ver el cielo, de día o de noche, para entenderlo.