Vicente, el cosmonauta
Autor: Claudio Naour López
Vicente era un chico muy soñador, siempre estaba jugando a las cosas que quería ser cuando creciera; un día era médico, el otro era vaquero y al siguiente piloto de un avión. Hasta que un día viendo el despegue de un cohete en la televisión se decidió.
- Voy a ser cosmonauta. Gritó con alegría.
Esta vez iba enserio, se hizo un casco con una ensaladera de plástico y unos tubos de pvc que pintó de plateado, completó su traje con ropa blanca y botas de goma; lo siguiente sería construir su nave espacial con cajas, cartones y fibras.
Cuando sus amigos vieron todo lo que estaba haciendo trataron enseguida de convencerlo de que eligiera otra profesión, lo de cosmonauta era muy difícil, necesitaba mucho entrenamiento y estudio, además todo eso se hacía en Estados Unidos; muy lejos de donde él vivía.
El pobre Vicente estaba muy decepcionado, porque sus papás siempre le habían dicho que con esfuerzo él podría ser lo que quisiera y ahora no quería ni siquiera ir al colegio, menos jugar a la pelota, ni tampoco estudiar inglés, no quería hacer nada.
Pero un día vio en la televisión como un chico que era muy pobre le había escrito una carta al presidente; le había escrito que él quería ser arqueólogo (esos científicos que buscan huesos de dinosaurios) y que era el mejor estudiante de su escuela, pero no tenía dinero para la universidad, así que le pedía ayuda con una beca (o sea que se hiciera cargo el Estado del pago de sus estudios). El presidente había aceptado el pedido y el chico iba a poder ser lo que quisiera cuando fuera grande.
Vicente pensó que él no era tan pobre y que el presidente no podía estar dándole becas a todo el mundo que se las pidiera. Pero sus papás seguían diciéndole que con esfuerzo podría ser lo que él quisiera, que podría llegar a cualquier parte.
Y fue así que cuando creció ganó una competencia para ir a Estados Unidos a participar de un concurso sobre el espacio exterior; el premio incluía una beca para estudiar en la NASA (ese lugar de donde salen los cohetes y los astronautas al espacio).
Y así gracias a su esfuerzo, a Vicente se le cumplieron todos sus sueños de niño.-
Para mi hijo Vicente, porque valoro su esfuerzo y quiero que nunca deje de soñar.