Gastar en el presente sin considerar las necesidades futuras es una práctica común. Buscar la felicidad es loable, no así conscientemente ignorar que las condiciones actuales pueden cambiar para bien o para mal más adelante.
Cuando se trata de decidir qué hacer con el dinero, es importante tener altura de miras y destinar un porcentaje al ahorro para enfrentar las sorpresas que da la vida.