Hoy os voy a contar la historia de unos hermanos que conocí hace años y que cometieron un error muy típico que no es la primera vez que lo veo ni será la última.
Y es que cuando cambiamos de trabajo tenemos que tener motivos suficientemente potentes y poner en una balanza todo los factores que afectan para ver si realmente nos conviene o no.
No todo es dinero, os lo aseguro.
El problema es cuando solo tenemos en cuenta o bien el dinero o bien otra cosa pero no vemos el conjunto de ventajas e inconvenientes de ese aparentemente fantástico nuevo trabajo.
Y la mejor forma de explicar todo esto es con un caso real así que atentos que conocer esta historia os puede ayudar a evitar tomar malas decisiones en el futuro.
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¡Hasta mañana!
