“Un soldado, por más que esté equipado y entrenado, si no se mantiene en contacto con su comandante no va a seguir las instrucciones adecuadas”. Utilizando la analogía de la milicia “La oración es la forma en la que el creyente se comunica con su comandante”. Por medio de la oración nos comunicamos con Dios, para poder recibir dirección, consejos, comunicar nuestras necesidades, circunstancias, problemas, logros.
Pablo hace una exhortación a que los creyentes que tienen puesta la armadura necesitan estar siempre en comunicación con Dios. En todo tiempo no solo se aplica en que debe de ser a lo largo del día, sino que en toda circunstancia.
Dios escucha nuestras oraciones audibles, pero también sabe, entiende y comprende el sentimiento y el pensamiento que hay de esas palabras o detrás de esas expresiones.