Jesús nos dejó una encomienda antes de partir para que no la olvidáramos. Estas palabras tienen un gran peso porque que son las últimas palabras de Jesús.
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19-20).