Vivimos en un mundo que no valora los evangelios, en ocasiones aún dentro de la Iglesia, en parte por que hemos perdido la capacidad de asombro, todo lo queremos reducir a explicaciones razonables e "inteligentes", mucho del evangelio nos parece absurdo y me atrevo a decir que, cosas del evangelio, nos avergüenzan.
Te invito a ser parte de esta conversación donde esperamos seas animado a reconsiderar, o a abrazar lo absurdo, este santo misterio que es nuestro Dios.
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