Cuántas veces te has enfrascado en peleas sin sentido, gritos, reclamos, groserías… y entonces te cayó el veinte de que no tenías razón, o te diste cuenta que no ibas a ganar nada, y al final has tenido que ceder…
Muchas veces esas situaciones se dan porque le das a pequeños detalles la magnitud de una desastre de grandes dimensiones, discusiones que se podrían solucionar con una simple sonrisa, con un "vamos a empezar de cero", "hagamos como que no ha pasado nada".
Te conviene aprender a ceder, vamos a ver cómo...