El presumido necesita hacerse notar, darse gloria a sí mismo, despertar la admiración o hasta la envidia de quienes lo rodean. Como si sintiese que le falta reconocimiento, parece que no le es suficiente el estar a gusto con su propia opinión, requiere de la de los demás. En el fondo tiene muy baja autoestima, por eso requiere de la estima externa.
En la actualidad, donde más se presume es en las redes sociales. ¿De qué son las publicaciones en Facebook o Instagram? Fotos y videos, de mi propia imagen, de las vacaciones que he disfrutado, de las fiestas donde he estado o de las actividades que he hecho, hasta de lo que he comido... De esta manera, presumo tener una vida envidiable, lo que me hace sentir “por encima” de los demás.