La Biblia no subestima el poder de lo que decimos. En Proverbios 18:21 se afirma: "La lengua tiene poder de vida y muerte...". Nuestras palabras no son solo sonidos; son:
Semillas: Plantan ideas, emociones y realidades en el corazón del que escucha. Pueden ser semillas de esperanza o de angustia.
Guías: Dirigen el rumbo de las conversaciones y las relaciones. Un comentario positivo puede levantar el ánimo de todo un grupo, mientras que uno negativo puede envenenar la atmósfera.
Reflejo: Jesús lo dejó claro: "Porque de la abundancia del corazón habla la boca" (Mateo 12:34). Nuestras palabras son el termómetro de nuestro interior. Lo que decimos revela lo que realmente hay en nuestro corazón.