En este episodio estudiamos porque los judíos se llamaban así mismos discípulos de Moisés para separarse de Jesús, y como nuestro esfuerzo debe estar en ser discípulos de Jesús.
Juan 9:24-34
24 Llamaron nuevamente al hombre que había sido ciego, y le dijeron: —¡Da gloria a Dios! Nosotros sabemos que ese hombre es pecador.
25 Entonces él respondió y dijo: —Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.
26 Le volvieron a decir: —¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?
27 Él les respondió: —Ya os lo he dicho y no habéis escuchado, ¿por qué lo queréis oír otra vez? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos?
28 Entonces lo insultaron, y dijeron: —Tú eres su discípulo, pero nosotros, discípulos de Moisés somos.
29 Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés, pero respecto a ése, no sabemos de dónde ha salido.
30 Respondió el hombre y les dijo: —Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde ha salido, y a mí me abrió los ojos.
31 Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios y hace su voluntad, a ése oye.
32 Nunca se ha oído decir que alguien abriera los ojos a uno que nació ciego.
33 Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer.
34 Respondieron y le dijeron: —Tú naciste del todo en pecado, ¿y nos enseñas a nosotros? Y lo
expulsaron.