El desánimo no sólo le llega a unas personas; en algún momento todos vamos a enfrentar una situación que nos haga sentirnos de esa manera, tal fue la tristeza que sintió el Señor Jesús antes de ir a la cruz que lo hizo sentirse así: muy triste hasta la muerte, y angustiado. Si eso le sucedió a Él, no nos puede suceder a nosotras también?. De la misma manera encontramos al rey David pasando por diferentes situaciones que lo hicieron estar verdaderamente triste y desanimado; pero en ambas situaciones nos damos cuenta que nuestro Dios tiene todo bajo control y que lo que necesitamos hacer es confiar en El. Mateo 26:36-38. Marcos 14: 32-34. Lucas 22:39-42. Hebreos 12:2. Segunda de Samuel 12: 16-18. 13:28-31. 15:13, 14.18:5,9. 14.31-33. Salmos 38:8-10. Salmos 42:11