Sabe que nuestra conducta puede hacer que Dios esté alegre y que se note también en nuestro rostro y por consiguiente podamos lucir más bellas. Proverbios 23:15-17. Hijo mío, si tu corazón fuere sabio, también a mí se me alegrará el corazón; mis entrañas también se alegrarán. Cuando tus labios hablen cosas rectas. No tenga tu corazón envidia de los pecadores Antes persevera en el temor de Jehová todo el tiempo