El pecado no es una cosa ligera y mucho menos sus consecuencias, Dios advierte que la persona iracunda, la persona que se enoja termina pecando pecando contra Dios principalmente y haciendo cosas de las cuales puede arrepentirse grandemente. Proverbios 29:22. El hombre iracundo levanta contiendas, y el furioso muchas veces peca. Las hijas de Dios debemos estar totalmente alejadas de esta forma de ser. Gálatas 5:24-26. Pero los que son de Cristo crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vangloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros. Nuestro deseo debe ser imitar a nuestro Dios quien es lento para la ira. Salmos. Mas Tú Señor Dios misericordioso y clemente, lento para la ira, y grande en misericordia y verdad.