Existen tormentas en nuestra vida que nos sacuden, y hasta llegan a derribarnos. ¿En que estamos cimentado? ¿Cuáles son nuestros recursos? ¿A donde o a qué recurrimos cuando tenemos un problema?
A personas que conocemos, a nuestras influencias, o a nuestras posesiones.
En la Biblia dice que Dios es nuestro amparo, escudo, castillo fuerte y la Roca Eterna que es Cristo.
Vayamos pues confiadamente al trono de Su gracia y dejemos ahí nuestras cargas.
Que el Señor nos ayude a siempre recurrir a Él en tiempos de angustia.