Claramente El Señor a través de su palabra nos muestra en el libro de Jeremías capítulo 10 lo que muchos pueden confundir con el árbol de Navidad; es solamente refiriéndose a la idolatría, y sí, cortan un leño en el bosque y le dan forma pero se refiere exclusivamente a los ídolos. Jeremías 10:3-5 Porque las costumbres de los pueblos son vanidad; porque leño del bosque cortaron, obra de manos de artífice con buril. Con plata y oro lo adornan; con clavos y martillo lo afirman para que no se mueva. Derechos están como palmera, y no hablan; son llevados, porque no pueden andar. No tengáis temor de ellos, porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder. Ahora si su arbolito de Navidad es algo de lo cual usted se inclina y lo adora entonces se convierte en un ídolo, pero si no es así sólo estamos hablando de una bonita decoración para mostrar la alegría de la Navidad.