El ser hijas de Dios nos da tantos privilegios qué pudiésemos sentirnos consentidas por El, nos da una parte de Él viviendo y nosotras para ayudarnos, para guiarnos Y consolarnos cuando sea necesario. Al Espíritu Santo; pero con esos privilegios también nos da responsabilidades; mostrar a Dios en cada una de nuestras actitudes y en cada uno de nuestros hechos con el fin de qué otros puedan verlo a través de nosotras y desear así seguir esa vida que Él ofrece. Hechos 1:2-8 Nosotras no sabemos lo que va a suceder mañana, eso está en las manos de Dios pero si sabemos que nos dijo que recibiremos el poder de su Espíritu Santo para serle testigos en cualquier parte que estemos. Hechos 1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra. Qué tipo de testigo somos? Qué pasa cuando testificamos a otros por qué no quieren seguir a Dios? Será que ese Espíritu que nos dejó nuestro Dios nos está manifestando? Necesitamos tomar en serio y darnos cuenta que tenemos un poder dado por nuestro Dios para:poder amar, perdonar, tener bondad, fe etc. Y que al ver a Dios a través de nosotras no sólo los que están cerca sino más allá de nuestras puertas puedan conocer y gozar de esa vida plena en este mundo y de una vida feliz en la eternidad con nuestro Dios y libres del infierno. Esa es la verdadera vida cristiana; la estamos viviendo así?
