Vivimos en un mundo conectado por una sola red, gobernada por gigantes y monopolios que a fuerza de tiempo, dinero y esfuerzo se han colocado como la única opción en el mercado, la más conocida, la más grande, y son tan poderosas que es casi imposible para un emprendedor competir con ellas.
Frente a esta realidad se abren muchas oportunidades, utilizar a los gigantes, volverse parte de su ecosistema, mercado, anunciarse en ellos o tomarlos como ejemplo e intentar hacer tu propia marca, o encontrar tu propio nicho y volverte el mejor en el mundo en ello, como dijera Seth Godin, cualquiera puede ser el mejor del mundo, siempre y cuando defina que es el mundo y en que, justo eso es lo que hace la triada de la persona, el producto y la promesa, es una ecuación que aleja la competencia en todas las categorías.
Las grandes marcas empezaron hace décadas, algunas como las escuelas hacen siglos, forman parte de nuestra cultura, de nuestro léxico, de nuestra imaginación colectiva incluso de nuestro léxico, pero estamos en una cristalera gigante, el internet es un mercado infinito con trillones de anaqueles para cada categoría, por ello la especialización es la salida.
