Hace veinte años cargaba en mi mochila un discman, una laptop, una Palm pilot, una cámara y una pequeña grabadora de reportero, con todo ello me sentía poderoso, tenía las herramientas para crear lo que fuera.
Esa ilusión al día de hoy me sigue emocionando de sobremanera, hoy en día también siento esta emoción frente a la hoja en blanco, porque he entendido que no importando la tecnología, lo importante es la motivación primera.
La más personal, la que nos hace levantarnos cada mañana a intentar algo nuevo, a mejorar lo que tenemos, a recrear lo que hacemos, esa ilusión de superación es lo que nos sacó de las cavernas y nos lleva a seguir construyendo futuros inimaginables.
Esa ilusión, ese deseo, esas ganas de creación creo es la mejor inversión, es lo que en realidad debemos de buscar día a día como píldoras de vida.
El camino siempre esta alumbrado por la pasión, el deseo… eso a lo que llamamos inspiración y esta presente siempre en todo a nuestro alrededor si lo buscamos.
Si solo pudiera hacer una cosa por ti haría esto, levantarte el ánimo y decirte ¡Vamos! Todavía hay mucho más que crear, todavía hay mucho más porque vivir, todavía hay mucho más por descubrir.
El cansancio solo es temporal, la vida son dos días, y el de hoy ya pasó, nos queda mucho por sonreir, lo importante es el intento, el resultado siempre podemos mejorarlo, pero para ello hay que intentarlo de una manera distinta, cambiar.
A veces el cambio es muy sutil, la mayoría de las veces es así, cuando vas llegando a la maestría es así, todo se parece mucho pero es que ya estás viendo los detalles que nadie ve, ya estás concentrado más que nadie en lo que haces, ya estás donde querías estar pero todavía hay mucho más.
Ayer encontré una serie de videos de hace casi una década cuando tuve mi Escuela de Negocios Digitales, todavía la esencia sigue vigente, pero creo que la mayor lección que puedo darme el día de hoy es que diez años después estoy aquí haciendo mejor aquello en lo que ya era bueno.