¡Oh, escuchad esto, los que se olvidan de Dios! No pueden cargar vuestra muerte sobre él. "¿Acaso me agrada que el impío muera? dice el Señor Dios. (Ezequiel 18, 23). Arrepiéntanse y vuélvanse de todas sus transgresiones; así la iniquidad no será su ruina. Desechad todas vuestras transgresiones con las que habéis delinquido, pues ¿por qué vais a morir, oh casa de Israel? Porque no me agrada la muerte del que muere, dice el Señor Dios. Por tanto, convertíos y vivid". "Vivo yo, dice el Señor Dios, que no me agrada la muerte del impío. -Convertíos, volved de vuestros malos caminos; porque ¿por qué vais a morir, oh casa de Israel?" (Ezequiel 33, 11).