“¡Una vida nueva comenzó el día que llegamos a Él!” Qué
frase poderosa. La hemos cantado tantas veces; la hemos
repetido una y otra vez, en enseñanzas y predicaciones, con
fervor y entusiasmo y, sin embargo, todos alguna vez hemos
dudado de su autenticidad. ¿Será verdad lo que el apóstol
Pablo dice? ¿Somos en verdad nuevas criaturas? Debe serlo,
pues la Biblia no miente.