En septiembre de 2025 nos adentramos en un bosque inquietante. El libro que leímos fue Crisálida, de Fernando Navarro. Nos perdimos tras los pasos del tigre, tanto, que olvidamos nuestro nombre, y en el mismo camino nos topamos con fantasmas, gigantes y hermanicos perdidos. No fue hasta una noche de tormenta y rayos que nos tropezamos con sus huellas encharcadas.