Cuando hablamos de autocontrol, nos referimos a la habilidad para dominar las propias emociones, siendo conscientes de la regulación de los propios impulsos, con el único objetivo de mantener el equilibrio personal.
El primer paso para controlar nuestro comportamiento y nuestra forma de pensar es tener un gran autoconocimiento. De esta manera, uno es capaz de reconcoer sus emociones y es capaz de regular su forma de actuar.
En el capítulo de hoy abordaremos las consecuencias de no manejar el autocontrol, y estrategías prácticas.
