En la vida cristiana, una de las preguntas más comunes que los creyentes se hacen es: ¿Estoy realmente salvo? La inseguridad sobre nuestra salvación puede surgir por dudas, tropiezos o incluso por la influencia de doctrinas que ponen condiciones humanas a la gracia de Dios. Sin embargo, la Palabra de Dios nos da certeza de que podemos estar seguros de nuestra salvación si vivimos conforme a la voluntad de Dios y confiamos en Sus promesas.