Vivimos tiempos en los que muchas iglesias han perdido el sentido profundo del temor de Dios. No se trata de tenerle miedo, sino de honrar, respetar y obedecer con reverencia al Dios Santo. El temor de Dios es el fundamento de una vida cristiana sana y una iglesia firme.
Pero… ¿es la iglesia actual realmente temerosa de Dios? ¿Cómo se ve una iglesia que teme al Señor? ¿Y qué sucede cuando ese temor se pierde?