Ser un buen masajista es algo más que disponer de conocimientos técnicos o un gran repertorio de movimientos para movilizar a la persona.
A raíz de un par de nuevos clientes, que dejaron a sus masajistas para venir a recibir mis masajes, he reflexionado sobre por qué una persona puede dejar o elegir a un masajista.
A fin de cuentas un masajista es alguien que está para ayudar con los problemas de las personas. Si las expectativas no se satisfacen es fácil que se vaya a otro lado.
Tres son las cualidades que debe tener, a mi entender, un buen masajista.
Un profundo conocimiento de su herramienta
Una gran capacidad de escucha.
Humildad.
El conocimiento de su herramienta es básico; es lo que le permite tratar con los problemas que le plantean.
La escucha le dotará no sólo de empatía y comprensión, también la capacidad de adaptarse a cada persona
La humildad es para no pensar que su herramienta es perfecta. Nadie debe adaptarse a la herramienta, sino al revés. De ahí la importancia de la escucha.
Sobre la escucha, puedes escuchar el episodio sobre las manos, en que hablamos sobre la escucha aqui.
También es importante, a la hora de establecer una estrategia de trabajo la relajación. Sobre la relajación hablamos en este episodio.