¿Cuántas veces digo eso de mi cuerpo, mi cuerpo, e incluso lo digo como si mi cuerpo fuera algo distinto de mi?
Incluso veo que maltratamos al cuerpo; peor que al coche, a los objetos que tenemos a nuestro alrededor.
Sin embargo, al menos mientras caminemos sobre este mundo, nuestro yo está indisolublemente ligado al cuerpo. No es una vaina que alberga o atrapa al alma.
En el episodio de esta semana, vemos esto a través de un caso que me llegó recientemente. Una persona que había sufrido un trauma en su infancia y le condicionó toda su vida.
Espero que el episodio de hoy te haya gustado. Recuerda que agradecemos tus valoraciones, comentarios y sugerencias.
¡Hasta el próximo episodio!