Hemos aprendido a “amar” abusando. No hemos entendido incondicionalidad, y no sabríamos lo que aceptación, reconocimiento, valía y respeto significan. No hay una idea romántica del amor que no esté definida por la tragedia de Romeo y Julieta, y mientras no seamos capaces de superar este engaño, vamos a vivir creyendo que para amar, siempre hay que sobar y pegar.