Sorprendidas de que no haya sido nuestra crueldad ni nuestra inseguridad lo que lastimó a otros, sino nuestra vaciedad y nuestra absoluta falta de contenido, hicimos el compromiso de grabarnos en esta conversación íntima tratando -por todos los medios- de alejarnos de aquél discurso vanidoso que alguna vez pudo habernos definido, porque no teníamos otra cosa que exhibir. Un poquito menos jodidas, y sin sustitutos para aquellas vidas que no pudimos vivir, los invitamos a averiguar con nosotros de qué historia hoy sí formamos parte.