Qué bueno es recordar viejas épocas. Nuestros sueños volaban por el aire, sin aterrizaje seguro, sin paracaídas. Veíamos la vida pasar delante nuestro, le abríamos la puerta y le decíamos: “después de usted”. Recuerdo aquella época como un niño recuerda que ahora tiene 22 años y puede comer todas las galletitas que quiera. Nuestros cabellos, ahora canosos, rememoran con ojos lagrimeantes esos momentos en que nada ni nadie podía negar su negrura y sedosidad
A una época tan pretérita no se le debe más que respeto y un poco de nostalgia, y es por eso que con Patada de Chancho te queremos llevar ahí, a tus recuerdos, al lejano 2019.
