Por eso tiene que defender al aborto. Porque, y aquí llegamos al núcleo del asunto, el aborto es un instrumento político poderosísimo. Pongámonos en la situación de una mujer que ha abortado, o que ha decidido hacerlo, o incluso que se plantea que tendrá que tomar esa decisión en el futuro. Por un lado tiene a la Iglesia acusándola de acabar con la vida de un ser humano, de una persona en potencia. No hace falta recurrir a palabras como “crimen” para que esa acusación caiga con todo el peso moral que asumimos para otros casos en los que se mata a alguien. Por otro lado, tiene a un movimiento que no sólo le dice que no tiene culpa, sino que utiliza los términos más duros para la Iglesia, y le promete que por ese camino, el de la elección sobre el progreso del embarazo, llegará a la plena realización personal. ¿Qué posición es más fácil de asumir? Y una vez asumida, ¿no será más fácil dejar de lado todo lo que se asocie a la Iglesia y su visión de la vida? Este es el reto al que se enfrenta la Iglesia. Y, a la vista de lo que ha ocurrido en Irlanda, es un reto difícil de superar. Tomado de https://www.actuall.com/criterio/vida/aborto-importante-la-izquierda/